Nuestras diferencias nunca funcionarían, nuestros hijos como serían...{0/5}

“Había una vez…” Sí todos los famosos cuentos empiezan así incluso aquel cuento olvidado que su padre siempre le narraba antes de dormir. Todo tiene un inicio y ese fue cuando sus padres se conocieron, una fría tarde de otoño en aquel hermoso bosque de en cuento en donde las hadas ayudaron a que aquel primer encuentro fuera más que mágico, fue amor a primera vista; Él fue el príncipe que ella deseaba encontrar y ella la princesa que tanto buscaba, no habían malvadas brujas, ni madrastras que desearan terminar con la felicidad de ambos, no habían problemas y su historia terminaría con el “felices por siempre” que tanto anhelaban; se casaron y al año siguiente su felicidad fue máxima al enterarse que recibirían una pequeña hija. Su madre, Lilianne, decidió llamarla Adeline, en honor a su madre y su padre concordó que su segundo nombre sería el de su progenitora y su abuelo paterno decidió que debería llevar, de igual forma el nombre de su otra abuela . Ahí recién comienza, la verdadera historia, la historia de una chica como ella, que había perdido a su madre a temprana edad y que años más tarde su padre se volvió a casar, con una mujer de buena familia también viuda y con una hija de su misma edad. Como muchas madrastras no soportaba la idea de compartir a su esposo con aquella hija que, según muchos, “era el vivo retrato de su difunta madre”, por lo que trataba de hacerle la vida imposible a la pequeña siempre que podía permitiéndole a su hija participar e inculcarle aquellos celos y rencores.
Los años pasaron y el padre de Adeline murió por culpa de una extraña enfermedad dejando a su hija en la tutela de su ambiciosa y cruel madrastra pero a ella no le importaba demasiado aquello, ella sabía que tarde o temprano todo iba a mejorar, incluso, llegaba a pensar que su madrastra a pesar de todo y muy, muy, muy en el fondo la quería como si fuera su propia hija pero se equivocaba.
Un día caminando sola por el mercado del pueblo se conocí a un joven de su misma edad, un joven arrogante y encantador quien trata de seducirla con su forma de ser y que lo único que logra es alejarla un poco pero ese chico era perseverante y no iba a dejar que aquella muchacha desconocida lo ignorara completamente. Día a día la esperaba en el mismo lugar en dónde se habían visto la primera vez, cada vez que la veía le hablaba y ella terminó cediendo a los encantos del chico.
Comenzaron con una linda amistad, una amistad que lentamente se fortalecía a espaldas de todos, se juntaban a escondidas y ella siempre hacía los mandados con un extraño gusto y sin quejarse sólo para juntarse con aquel Chico que respondía al nombre de Damian. Su amistad se fortaleció hasta tal punto de que ambos sintieron que el amor se hizo presente entre ambos pero ninguno era capaz de decir sus sentimientos.

Una mañana su madrastra la despertó más temprano de lo normal. Ese día iría el novio de Amber, su hermanastra. La chica había estado tan pendiente de sus encuentros con su príncipe que no había prestado atención a lo que sucedía en su casa por lo que le tomó tiempo comprender todo lo que sucedía. Su madrastra, de mala gana, le explicó que ese día el príncipe Damian Wright vendría a pedir la mano de Amber para casarse la semana siguiente. Grande fue su sorpresa al darse cuenta que el príncipe Wright era nada más ni nada menos que Damian, el chico que había conocido en el mercado.
El chico siguió a Addie cuando esta huyó desesperada deseando que todo acabara de una buena vez. Antes de que subiera la escalera la atrapó y la abrazó con necesidad, explicándole que esa misma noche huirían para vivir felices por siempre, que dejaría a Amber por ella, que dejaría a su familia sólo para estar a su lado.
Beatrice, la madre de Amber, en el almuerzo se dio cuenta de las miradas cómplices entre su hijastra y el prometido de su pequeña y eso fue lo que le bastó para darse cuenta de que había amor entre ambos. Después de la comida encerró a Adeline en las mazmorras de su palacio excusándose de que su hija no se sentía muy bien y que debía ir a buscar al médico y diciéndole a su hija que cuidara y vigilara a Damian.
La mujer salió en busca de una antigua amiga, la Bruja Negra, una mujer que la ayudaría a terminar el amor entre su hijastra y el príncipe. Su petición fue clara; que su hijastra olvidara todo de él y que él a su vez sólo la mirara como una conocida, la bruja le advirtió que el amor seguiría en sus corazones aunque ninguno lo recordaría y ella a pesar de todo aceptó.
En su castillo Damian estaba preocupado por Adeline que no dudó en buscarla en todo el lugar sin mayor resultado, hasta que su voz resonó en las mazmorras. Al llegar la vio en una celda, se acercó y le habló a lo que ella respondió que no lo conocía rompiéndole el corazón al joven quien tampoco entendía muy bien el porqué. El hechizo había hecho efecto.

La boda se fijó para el mes siguiente y sólo bastaron unas semanas para que ambos volvieran a caer en el amor que sintieron la primera vez y sólo unos minutos para que Amber se diera cuenta de ello y decidiera contárselo a su madre, quien, nuevamente fue a ver a su amiga para que terminara de una vez con todo lo que ocurría. “No me importa que todo cambie, sólo quiero ver a mi hija con Damian y no a esa bastarda” Musitó a pesar de las advertencias de la bruja. “Beatrice si los quieres separar este es el único método; cambiar el destino, retroceder el tiempo, ir al futuro.” Le explicó mientras preparaba su caldero. “Sólo hazlo, No quiero que lo recuerde, no quiero que lo ame, no quiero que sean felices” Dijo la madrastra mientras su hija la miraba con una sonrisa en los labios. Cuando la bruja terminó todo se volció negro… Algunos dicen que no lograron lo que deseaban y murieron dejando así a Adeline y a Damian vivir felices para siempre, los que saben la verdad saben que no fue así.
La bruja retrocedió el tiempo, logró que el padre de la muchacha no muriera y así ella no se encontrara con Damian en el mercado, logró que el noviazgo entre Damian y Amber siguiera en pie y logró, traspasar a todos a un nuevo mundo, en el cual sería imposible lograr el amor de ensueños que ambos deseaban tener…
Ahora ellos viven en la actualidad sin saber que en verdad son parte de los llamados “cuentos de hadas”. La madre de Lily murió al darla a luz y su padre se casó con Beatrice, una mujer de crueles intenciones que tiene una hija de la misma edad que Lilianne. Lily no lleva una buena relación con su madrastra ni con su hermanastra pero pasa la mayor parte de su vida con ellas por el trabajo de su padre. Odia tener que ir al mismo instituto que su hermanastra y odia regresar a su hogar, por lo que siempre trata de mantenerse fuera y disfrutar de la poca libertad que tiene. Odia escuchar a su hermanastra hablar de Damian Wright el fabuloso super novio que tiene y que ella nunca ha visto porque no ha tenido la posibilidad de hacerlo.
Un día, mientras caminaba con el mercado de vuelta de la escuela su mirada se cruzó con la de un chico de ojos azules como el mar y se perdió en ellos. Él le sonrió y le habló “Disculpa,¿Te conozco? Tu rostro se me hace extrañamente familiar” La chica sólo le devolvió la sonrisa y respondió. “No, no lo creo” Volviéndose a reencontrar sin saberlo.